Hola princesa, esta es una carta para ti:
Soy el reino que te pertenece,
el más fiel de tu vasallos,
tu más ferviente guardia,
el religioso más entregado.
De día disfruto de tu presencia,
de noche anhelo tu esencia,
mis ojos miran al cielo,
esperando ver caer una estrella.
Deseo tener la oportunidad
de cruzar las barreras una vez más,
mirarte fijamente a los ojos
y sentir que nada irá mal.
Pues en las noches solitarias
mi mente desvaría,
porque sabe que por estar contigo
mi vida entera daría.
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