Tengo una amiga, llamada Andre, que me pego la mania de pedir un deseo a las horas capicúa como las 23:32.
Yo suelo, en vez de pedir un deseo, reflexionar sobre que deseo.
Hoy, pensé... que no necesito pedir nada, porque me ama. No necesito nada más.
Y lo demás, ya llegará.
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